lunes, 24 de enero de 2005

¿Y tú, para qué quieres los anexos?

¿Y tú, para qué quieres los anexos?, pueden haber pensado en el gobierno. Ciertamente, poco hay en los anexos que nos interese a los españoles. Dejando de lado, claro, el protocolo 34, sobre disposiciones transitorias en que figura el reparto de poderes, el anexo II, que establece la lista de territorios ultraperiféricos y la parte del protocolo 8 donde se habla de las condiciones bajo las que funcionará Gibraltar:

1. Los actos de las instituciones relativos a los productos del Anexo de la Constitución y a los productos sometidos en el momento de su importación en la Unión a una regulación específica a consecuencia de la aplicación de la política agrícola común, así como los actos en materia de armonización de las legislaciones de los Estados miembros relativas a los impuestos sobre el volumen de negocios, no serán aplicables a Gibraltar, a menos que el Consejo adopte una decisión europea que disponga otra cosa. El Consejo se pronunciará por unanimidad, a propuesta de la Comisión.

No tengo nada contra Gibraltar, de hecho creo que ha prestado grandes servicios a España (por ejemplo, proporcionó un refugio a los liberales en el siglo XIX y una base de operaciones a los Aliados en la II Guerra mundial). Pero no me gusta que un estado miembro disponga de un territorio privilegiado en la vecindad de otro miembro. Por favor, nada de privilegios.

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