sábado, 18 de junio de 2005

Extracto de una carta a un colega.

Extracto de una carta a un colega, reflexionando sobre la práctica docente. Os puede parecer muy duro, pero la vida me ha enseñado que no hay nada que hacer contra el lado oscuro de la fuerza. O, si preferís un símil más literario, he aprendido, como Lázaro de Tormes, que en tierra de avaros, frailones y pícaros, la honra es un mero estorbo que se vende, como la primogenitura, por un plato de lentejas.

¿Leíste El Mundo de ayer? El análisis que se hace de las causas del fracaso en la pregunta de Matemáticas es sorprendente: los profesores se quejan de que «los alumnos que sabían en qué continente estaba China, lo sabían por cultura general» o de que «si en vez de preguntar "¿cuántos kilómetros camina quien recorre diez veces un patio rectangular de 10 metros por 40 metros?" preguntasen su perímetro, los alumnos no habrían fallado en la respuesta». A eso va esta ESO que pretendía integrar los saberes y las disciplinas. Se me parte el alma cada vez que un alumno dice «eso no es literatura, es historia» o «¿para qué sirve esto?». Si me hubiera preguntado «¿para qué sirve esto?», nunca hubiera estudiado filología, sino periodismo (lo desestimé por razones éticas).

El problema de la ESO es como el de la Unión Europea. Facilitar las cosas sólo sirve para que alguien se acostumbre a esa facilidad (por eso España sigue racaneando ayudas, sin olvidar que, con las que ha recibido, se ha aupado a un puesto en el primer mundo que no tuvo antes). Eso es muy triste. Pero es lo que hay. Creo que el próximo año estimularé la comprensión lectora de mis alumnos hablándoles como un Góngora en lugar de hacerlo aclarándoles cada punto del libro.

Y, sinceramente, mi memoria, si alguien la tuviera que leer (no sólo inspección, sino nosotros), sería algo como los párrafos que siguen a este. Porque el propósito de la memoria no es que la lea inspección, sino que nosotros reflexionemos a la hora de escribirla. En caso contrario, somos como esos alumnos que preguntan al tutor por qué hay que responder a preguntas antes de cada evaluación. No se trata de responder a preguntas, se trata de pensar.

3 comentarios:

Gloria dijo...

El gran problema es que para "facilitarnos" la comprensión nos presentan el mundo diseccionado en casillitas independientes que luego casi nadie es capaz de montar de nuevo. El gran problema es que a los hijos de la ESO nos han contado que hay que especializarse hasta no enterarte de nada. Y, sobre todo, el gran problema es que se han olvidado de que uno tiene cerebro y podría usarlo siempre que le ayudaran a hacerlo de vez en cuando.

José Moya dijo...

Sé que poniendo aquí mi respuesta es improbable que la leas: ¡han pasado ya tantos días! Pero quería decirte que, precisamente, ese es uno de los mayores fallos de la ESO: uno de sus pilares era la interdisciplinariedad, la posibilidad de unir asignaturas (como sucedía inicialmente, por ejemplo, en Diversificación). Sin embargo, tal y como se montó, los alumnos fueron incapaces de ver que esos conocimientos estaban relacionados.
Por cierto que tengo amigos que, siendo todavía de la generación BUP, tienen el mismo problema :-)

Gloria dijo...

jeje, no me menosprecies... yo lo leo todo