domingo, 7 de marzo de 2010

Sobre la elección de navegador en Windows

Supongo que habréis notado que una de las últimas actualizaciones de Windows consiste en la creación de un enlace a la página www.browserchoice.eu, donde el usuario puede elegir su navegador, de forma que éste no sea necesariamente internet explorer. Si leéis la declaración de privacidad, veréis que esta decisión obedece a la resolución de un conflicto sobre competencia en que la Unión Europea obligó a la empresa de Redmont a ofrecer a sus clientes acceso a los navegadores de la competencia.

Sin embargo, la solución se me aparece un poco absurda. En primer lugar, hasta que el usuario no tiene Internet Explorer instalado, no puede acceder a la página web de donde se descargan los navegadores, por lo que la cuestión de fondo (si ya tengo un navegador, ¿para qué quiero otro?) sigue sin resolverse. [Está claro que si la alternativa es considerablemente mejor, los usuarios cambiarán de navegador, como sucede en la ofimática en la competencia entre works y office; pero la resolución del tribunal europeo de la competencia se basaba en la incorporación de un navegador por defecto.]

En segundo lugar, aunque Internet Explorer puede desinstalarse (según lo que dice la página: la verdad es que siempre que he ido a desinstalarlo de un ordenador, la cantidad de amenazas emitidas por Windows era suficiente para desanimarme), el motor de internet explorer seguirá en el equipo (lo cual es lógico, puesto que varios de los navegadores ofrecidos requieren el motor de explorer).

Y en tercer lugar, está el problema de que en la página son todos los que están, pero no están todos los que son. Por ejemplo, me llama la atención la ausencia de multivalent (un navegador escrito en java con soporte nativo para DjVu, PDF y otros formatos de libro electrónico) o lynx, el navegador en modo texto. Y son precisamente estos navegadores minoritarios los que necesitarían cierta "protección", no Chrome (publicitado en cada visita a Google) ni Firefox (presente en muchos medios de comunicación, y heredero del navegador que levantó la liebre contra Microsoft, el viejo Netscape Navigator), ni Safari (incluido por defecto en Mac OSX).

En definitiva: una solución insatisfactoria para un problema que, en todo caso, tiene difícil solución.

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